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23.6.12

Una película que vi y me encantó: The Vow


Esta historia comenzó hace tiempo: una de mis amiguitas de la oficina se iba a casar y habíamos prometido hacer una "pre-despedida de soltera" (sí, WTF?) que consistiría en ir al cine y ver algo tan rosa, dulce, conmovedor... cursi, como The Vow.

Total que esta amiga hizo su despedida de soltera y hasta se casó sin nosotras haber ido al cine, agradecida estoy, porque terminé viéndola solita en mi casa, con una bolsa de cotufas y una coca cola, llorando como una magdalena.

La historia es lindísima, en verdad no raya en lo cursi y lo más interesante: está basada en un hecho de la vida real.

Ellos son Kim y Krickitt Carpenter, luego de una corta relación a distancia, decidieron casarse y mudarse juntos. 

Todo se dio a la perfección hasta que sufrieron un terrible accidente automovilístico, 10 semanas después de su boda. Las consecuencias: costillas rotas, brazos fracturados y la pérdida total de la memoria de Krickitt, quien luego de pasar cuatro meses en coma, despertó sin recordar a su esposo ni cualquier detalle de su vida en los dos años anteriores.

El cuento de cómo lo superaron lo pueden leer en la fuente que consulté antes de escribir esta entrada, pero lo que más me interesa compartir aquí es la moraleja de la historia.


Asumir un compromiso: Krickitt Carpenter, en varias entrevistas, afirmó haberse enamorado de nuevo de su esposo, Kim, pero no porque sintiera maripositas en el estómago, o porque se le acelerara el corazón al verlo, sino porque así lo decidió, porque tomó unos votos el día de su boda y asumió un compromiso: mantenerlos.

Sí, linda la película, pero más allá de ser una historia de amor muy rosa tiene implícita una moraleja muy importante, para grandes y chicos: cumplir con su palabra. Creo que el mundo sería un lugar mucho más feliz (¿es posible que lo sea?) si todos cumpliéramos lo que prometemos.

Si no la han visto, la recomiendo ampliamente. No se arrepentirán.





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